martes, 29 de septiembre de 2015

The Visit - Reseña - Culturafilia





El director M. Night Shyamalan es un hombre incomprendido
por muchos, odiado por otros y desconocido por algunos cuantos. Es innegable
que hace un tiempo era una persona que daba mucho de que hablar bajo una
perspectiva de potencial oculto y proyectos oscuros.

Cuando realizó aquella película de culto llamada el Sexto
sentido la segunda mitad de la década de los 90´s muchas personas quedaron
impresionadas con él. Y pienso que al mismo tiempo tuvieron el error de esperar
que un director que apenas comenzaba a levantarse tendría el descaro de tratar
todos sus proyectos de la misma forma.

Shyamalan es un hombre visionario, eso no puedo negarlo. En
casi todos sus proyectos (no hablaré mucho aquí sobre su infame entrega basado
en una de las series de animación de mayor éxito de la década pasada), sin
embargo ,en la mayoría de sus películas si puede verse el esfuerzo realizado
para entregar un producto limpio y completamente artístico.

Culpo con toda seguridad al departamento de mercadotecnia
que intentó vender todos las producciones que este hombre realizó como
películas de terror. En mi humilde opinión, La Aldea es una película romántica,
La dama en el agua es un bonito cuento de hadas, es decir, pura fantasía,
Señales es un filme de drama que visita el duelo de un hombre claramente
atormentado. Pero el hecho de que todos y cada uno de estos proyectos los
vendieran como películas de otro género fue lo que llevó a la decadencia del
renombre del director de ascendencia hindú.

The visit, sin embargo, es un claro regreso a las rutas
principales que el mismo buscaba. Rutas de misterio y terror, un misterio y
terror diferente, sin sustos repentinos ni argumentos exagerados. No, es una
historia sencilla con giros inteligentes y muy bien planeados. Planos de cámara
tan bien hechos y claros que transmiten tantos sentimientos como le son
posibles e inimaginables en una película de este tipo.

The visit tiene drama, tiene comedia, tiene misterio, tiene
terror y toca temas tan variados que uno no esperaría encontrar en una
producción así. Ya estoy escuchando de antemano a todos los que odian a este
hombre que lo acusan de pretencioso sin talento. Y al final no toman en cuenta
todos aquellos puntos buenos que ha tenido en su lucha por retomar Hollywood a
lo largo de los años.

Pero esta bien ,así funciona el público que tan difícil es
de complacer en una era llena de secuelas y “fórmulas seguras”.  Por lo menos debe saber que un humilde
servidor le encantó, y que aplaude el intento por regresar a sus orígenes, alejándose
como siempre de los directores tradicionales sin tener miedo a ser él mismo dedicándose
a cumplir las expectativas que solo él puede ponerse. Algo que toda mi vida he
valorado.



Rab Araujo.

sábado, 26 de septiembre de 2015

Los Pilares de la Tierra - Ken Follet | Culturafilia | Libros y Café





Hablar sobre los Pilares de la tierra, por lo menos en mi
caso, es hablar de una serie de recuerdos de mi juventud.

No es que leyera este libro hace tanto tiempo (ni que ya esté muy viejo coug cough), ya que en
realidad tuve la oportunidad de que esta obra llegara a mis manos hace unos
cuantos años cuando tomé la decisión de estudiar medicina. Algunos ayeres han
pasado y el peso de las malas decisiones ha mostrado su efecto.

Por un lado, dejé por completo el camino de convertirme en
Galeno. Por muchas cuestiones personales, cuestiones que se mostraron en mi
cabeza, el día que comencé a leer esta novela.
No es que la historia de Tom y Jack tuvieran mucho que decir
al respecto sobre la medicina, tampoco la era en la que vivieron fue muy
pacífica que digamos. A mi punto de vista, todas las épocas del mundo tienen
sus estragos, violencia y oscuridad latente. Y a pesar de no hablar sobre
medicina, sí enseña con bastante claridad los riesgos de tomar un camino
impuesto por los demás que parece a toda vista el camino correcto.

También muestra los peligros y las dificultades que conlleva
el tomar un camino distinto. Uno que representa perderlo todo, y arriesgarse al
máximo por lo que uno quiere.

Sin entrar en detalles para no arruinar la trama, esta
novela de Ken Follet ha sido uno de los trabajos que me han tocado de manera
profunda. Y que al mismo tiempo, me impulsó a hacer algo más. Algo diferente.



Rab Araujo.

lunes, 14 de septiembre de 2015

Despedida

Mi querida Amiga.
Te recibí hace 12 años, nuestro encuentro fue inesperado. Desde pequeña recuerdo que hemos tenido gatos como "mascota". Pero tu llegada marcó la pauta de una amistad.
Ese día llegamos mi hermana y yo a la casa, vimos un cojín rosado, croquetas y una nota escrita por nuestro " Tío Juan" ; él tenía llave y nos dejó la sorpresa . La nota decía que nos regalaba un "gatito", hijo de "la Mapacha" y de "Benito".
Te buscamos por todos lados, y tú de escurridiza te fuiste no sabemos cómo al patio de atrás, pero eso no lo sabríamos hasta nuestra presentación. Mi hermana y yo teníamos cosas por hacer, tuvimos que irnos, nos divertiamos imaginando tu color, tu tamaño y probables nombres, también experimentamos miedo; miedo de que hayas decidido escapar.
Regresamos con mi mamá a la casa. Por la tarde te buscamos y no estabas por ningún lado, ni dabas señas de tu existencia, el sentimiento de incertidumbre se transformó en miedo. Como última búsqueda, elegí salir al patio de atrás y entonces te vi, estabas sentada, lamiendo tu patita y limpiando tu cara, eras gris y rayada, pequeña, tan pequeña que usabas una calceta como sweater, blanco con franjas de colores, te sobresaltaste e intentaste correr pero te atrapé mientras avisaba que te había encontrado, mi hermana estaba detrás, te recibimos y desde allí inició la aventura.
Los gatitos anteriores eran traviesos, inquietos y  algunos agresivos pero tú eras femenina, delicada, tranquila, tan serena que dudábamos que fueras un "gato" normal porque allí aun creíamos que lo eras.
 Pasó una semana, mi hermana te observó y entonces nos dimos cuenta que eras "ella" y no "él" temíamos decirle a mi mamá pues ella nos había dicho que la condición de tenerlo es que fuera macho y no hembra, le dijimos, corajeó un poco porque mi tio "había hecho trampa" pero a regañadientes te aceptó. Mi papá no tuvo ningún problema pues a él le encantan los de tu tipo. Elegimos tu nombre por propuesta de mi hermana. Pasó el tiempo, cambiamos el sweater por collar y cascabel, tu serenidad se transformó en inquietud de aventuras y travesuras, saltabas a los árboles, corrías, jugabas con la escoba y disfrutabas de tu libertad. Tu pelaje también se modificó ahora era pardo y brillante.
Fuiste mamá en dos ocasiones a una edad corta, ambos embarazos fueron inesperados, difíciles pero fuiste valiente y lo sobrellevaste de una manera inteligente. Tus hijos eran hermosos, con una personalidad tan distinta entre ellos pero cada uno especial a su manera.
Cada vez te amábamos más, cuando creíamos que no podíamos sentir mas amor lo sentíamos. La relación fue madurando, conversábamos constantemente contigo, tenías una mirada inteligente y expresabas tus emociones como una persona. Eras incondicional cada vez que estábamos tristes o enojados acudías y amorosamente nos consolabas.Además me viste crecer, te conocí cuando inicié la secundaria, me acompañaste en la prepa, la licenciatura y algún tiempo después.
Es una creencia general que los gatos son egoístas, fríos, autoritarios pero contigo aprendí que no es así; antes de conocerte también tuve esa idea con mis experiencias anteriores. Contigo descubrí que puede nacer una relación profunda y auténtica como con un ser humano, sólo se necesita atreverse a hacerlo; contigo aprendí a diferenciar entre  la indiferencia y ser auténtico, entre ser distante con ser autónomo, aprendí que para ti no existían jerarquías, tanto tú como nosotros nos reconocíamos como iguales y nos respetábamos.
Esto es sólo un vistazo a nuestra relación, pero hay sentimientos y experiencias extraordinarias que vivimos juntas.
Llegó el día en que te marchaste, ya no importan las razones. Ese día simplemente te fuiste;  fue el momento en que me despedí de ti, sabía que era la última vez que te vería, te acaricié por última vez, te contemplé y tuve mi última conversación, tu mirada me respondía; inevitablemente las lágrimas corrían pero ¿sabes?, pude controlar esa tristeza que sentía, esa incredulidad para que me vieras serena por última vez y te quedaras tranquila de que estaríamos bien, felices de que descansarías pero principalmente que supieras que estábamos agradecidos contigo. Siempre estarás presente.

Te ví el día siguiente de tu partida en el sueño, te veías radiante, feliz y un poco más joven de la última vez que te vi, me hablaste con tu patita como solias hacerlo y me lamías, ha sido de los sueños más hermosos que he tenido y me siento feliz de saber que estás en paz y que probablemente vendrás a visitarme en los sueños, a final de cuentas lo hacías en vida y comprobé que los felinos efectivamente viven en dos mundos.
Querida amiga, te amo y agradezco la maestría con que me enseñaste lecciones de vida tan sencillas y tan complejas a la vez, por cuidarme y corresponderme de la misma manera. Nos veremos cuando sea momento.
Comparto esta carta dedicada a ti para compartir la experiencia de amar a otro ser vivo y hacer una invitación a que se atrevan a crear esa conexión, a dejar que cualquier animal les dé lecciones y les correspondan con amor y agradecimiento. Más que ser mascotas son miembros de la familia, si eligen invitarlo a su hogar háganlo con convicción y amor, todos venimos a amar y a ser amados. En vida dediquen tiempo, valdrá la pena, cuando se vayan ustedes estarán tranquilos de que ambos fueron incondicionales.
Me siento feliz de haberte conocido, mi conciencia está tranquila. Hasta pronto... "Pichu"
Con amor.
Cinnamon