miércoles, 2 de diciembre de 2015

La Llamada de Cthulhu - H.P. Lovecraft | Culturafilia | Libros y Café





Cuando era niño, la televisión por cable era lo último de lo
último. Dado que no era de una familia acomedida y al no poder costearlo mis hermanos
y yo nos conformábamos con lo que televisión “abierta” como le decimos aquí en
México nos regalaba semana con semana.

Todos los sábados, eran los días en que de verdad nos la pasábamos
pegados a la famosa “Silver Screen” . Mis padres debían salir a trabajar y sin
escuela, como muchos miembros de nuestra juventud tuvimos de niñera a las
programaciones que iban de lo más variado.

Las mañanas eran tiempo de caricaturas y programas dedicados
a videojuegos, los medios días era un tiempo de descanso para hacer cualquier
otra cosa. Pero las tardes, las tardes eran sagradas. En caso de que hubiera
una trilogía que no me interesara ver repetida en el ahora infame “canal 5” la
pantalla pasaba todo lo que un oscuro pero familiar “canal 4…el canal de la
ciudad” transmitía con regularidad.
Gracias a la programación de Canal 4 mi obsesión por las
historias extra dimensionales, temporales y de suspenso terrorífico creciera de
manera descontrolada. Fue aquí, viendo alguno de estos programas, ya fuera “la
dimensión desconocida” o cosas por el estilo, un buen día, su nombre llegó a
mis oídos.

Cthulhu

No recuerdo el episodio, tampoco la trama. Solo sé que el
nombre me pareció misterioso y terrible. Como una palabra que incluso una parte
de mi tenía miedo de nombrar. Si bien el motivo principal era el hecho de que
me resultaba impronunciable…era una palabra con poder. Un poder oscuro.
Y bien me lo dijeron en la librería: “Esos libros no son
para niños”. Cuando compré mi primera edición de La llamada. Peculiar, difícil
de entender y extremadamente corta. Pasé por ella como quien pasa por las
noticias dominicales para enterarse de los resultados deportivos. No entendí
absolutamente nada.

Años después, cuando me encontraba haciendo limpieza de mi
librero volví a encontrarlo y a hojearlo. Y si bien mi yo de 11 años era un
ignorante insensato…no era difícil imaginar que no iba a tomar en consideración
el arduo trabajo que conlleva el describir horrores extradimensionales. A los
16, las crudas palabras de un abuelo que había sido marinero en la vida real me
llegaron de golpe y de pronto pasé de entender eso que me había parecido una
arcáica descripción:


En un terrible mito que de manera inconsciente ha sido
tomado en cuenta desde mucho tiempo atrás.
Las imágenes reflejadas en los escritos de Lovecraft son
visiones de una terrible fantasía que poco a poco, resultan inquietantes. Peca
de hacer una sobre exposición y describir de manera tan exagerada y rica que
puede pasar a ser pesado y aburrido. Pero para todos aquellos que cuentan con
una imaginación medianamente desarrollada, los escritos de uno de los mejores
novelistas del siglo pasado pueden llegar a generar pesadillas reales y
horrendas.

A veces me pregunto, si es que de alguna manera lo que
Lovecraft describía no se trata más de un aviso que solo ficción.


Una terrible imagen, que muchas veces prefiero olvidar. Pero
los terrores abismales van más allá del entendimiento humano. Son palabras
sagradas, de dioses perdidos en la nada.



Rab Araujo.

martes, 1 de diciembre de 2015

Un Gran Dinosaurio - Reseña - Culturafilia





Todavía recuerdo la primera película de Dinsey que llegó a
mis manos. Se trataba de la Sirenita, uno más de aquellos clásicos de antaño
que la casa productora especializada en la animación gustaba de publicar casi
como pan caliente. Las películas de Disney siempre se han visto enmarcadas con
historias llenas de mensajes increíbles y personajes memorables. Lecciones de
vida que hoy en día he llegado a apreciar más que en mi niñez o adolescencia.

No es raro pensar que mucho de mi código de ética y honor
(pues todavía existimos personas que nos regimos en base a cosas como estas)
están basados de manera parcial con muchos de los mensajes que las películas de
Disney me regalaron de niño.

¿Y cómo no iba a ser así? En mi niñez tenía la liberta , a
la vez limitada, de extasiarme con películas como estas todos los días, y
muchas veces repitiendo la dosis con apego que para mis padres pintaba
como algo exagerado. Todavía no existía el internet como lo conocemos ahora. Y
todavía mi niñez no tenía acceso a muchas de las cosas negativas de las cuales
el mundo es partícipe.

De la crudeza y de la realidad de la vida.

No, el mundo era mucho más sencillo en aquellos días. Pero a
su modo, el mundo del cine me preparó poco a poco para ello.

El zorro y el sabueso, Bambi, El Rey León, y muchos otros me
fueron enseñando lo duro que puede llegar a ser la vida. Y aunque suene como algo trillado es un milagro moderno el que la juventud de hoy pueda
aprender hoy de ese modo tan especial.

Hoy en día, los estudios se enfocan en crear experiencias
divertidas y fáciles de animar. Que contengas chistes sencillos y plagados de tonterías
por aquí y por allá. Últimamente crear algo con mensaje no va muy acorde a las características
que un producto exitoso y redituable debe tener.

Es por ello que a pesar de las fallas en trama y la manera
de contar una historia. Un gran dinosaurio es un ejemplo claro de ese cúmulo de
sabiduría dura y fuerte que un niño debe conocer…tarde o temprano.



Definitivamente la recomiendo.